
La administración de Donald Trump está evaluando un plan para establecer una zona de amortiguamiento militarizada (conocida como zona “buffer”, en inglés) a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos.
El objetivo es detener temporalmente a los migrantes que crucen ilegalmente desde México.
Según informó The Washington Post, esta medida convertiría franjas de la frontera en instalaciones militares donde tropas activas podrían contener a los migrantes hasta que las autoridades de inmigración los trasladen.
En este artículo te contamos qué se sabe hasta ahora de este plan.
¿En qué consiste la propuesta?
El plan contempla que el Pentágono tome control de una franja de 60 pies (aproximadamente 18 metros) de profundidad a lo largo de un extenso tramo de la frontera sur.
Esta área sería convertida en una instalación militar satelital, lo que permitiría que una mayor parte del presupuesto del Departamento de Defensa (cercano a los 800 mil millones de dólares) se destine a la vigilancia fronteriza.
Inicialmente, el proyecto se centraría en un sector de Nuevo México, pero si la administración lo considera exitoso, esta zona militarizada podría eventualmente extenderse hacia el oeste hasta California.
La Reserva Roosevelt
El área en cuestión forma parte de la llamada “Reserva Roosevelt”, terreno federal que el presidente Theodore Roosevelt designó para seguridad fronteriza en 1907.
En circunstancias normales, estas tierras están bajo la jurisdicción del Departamento del Interior, aunque en el pasado partes de la reserva han sido transferidas temporalmente al Pentágono, incluso durante el primer mandato de Trump, para facilitar la construcción del muro fronterizo.
La ley federal permite al gobierno transferir hasta 5.000 acres a la vez al Departamento de Defensa sin necesidad de aprobación del Congreso. La frontera completa de Nuevo México con México tiene aproximadamente 180 millas (casi 290 kilómetros) de longitud.
El obstáculo legal que intentan sortear
Un desafío significativo para este plan es la Ley Posse Comitatus, que prohíbe el uso de tropas en servicio activo para misiones de aplicación de la ley civil.
Para evitar violar esta legislación, el plan plantea que los soldados no “detengan” a los migrantes, sino que los “retengan” como si fueran invasores en una base militar, hasta que agentes de la Patrulla Fronteriza o del ICE lleguen a arrestarlos.
Consecuencias para los migrantes
Esta medida podría tener consecuencias directas para los inmigrantes que cruzan la frontera.
Al considerar a los migrantes como “intrusos” en un territorio controlado por el ejército, podría haber penas más severas y deportaciones rápidas.
Además, por el momento, no está claro dónde serán retenidos los migrantes, ni por cuánto tiempo, lo que podría llevar a situaciones de violación de derechos humanos.
Conclusión
A pesar de que la Casa Blanca está considerando esta estrategia para la frontera, fuentes oficiales confirman que aún no existe una decisión final sobre su implementación.
El plan presenta atractivos para la administración de Trump, en especial la posibilidad de emplear recursos del presupuesto de defensa para control migratorio y establecer un precedente de zona militarizada que imponga consecuencias más severas para quienes crucen ilegalmente.
Sin embargo, el plan enfrenta serios cuestionamientos legales. La Ley Posse Comitatus, vigente desde 1878, establece una clara separación entre las fuerzas armadas y las tareas de aplicación de leyes civiles.
El intento de reinterpretar esta normativa definiendo a migrantes como “intrusos” en instalaciones militares podría generar batallas judiciales prolongadas.
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