
Se cumplió el primer mes de gobierno de Trump.
Fue un mes intenso, lleno de órdenes ejecutivas, memorándums, demandas judiciales y hasta conflictos diplomáticos.
Es tanto lo que ocurrió que uno puede sentirse perdido con tanta información. ¿En qué quedó lo de la ciudadanía por nacimiento? ¿Hubo tantas deportaciones como Trump prometió en campaña? ¿Qué pasó con el programa de refugiados?
En este artículo te invitamos a hacer una pausa y analizar los cambios principales que hubo en inmigración y cuál es el estado actual de cada uno.
La situación en la frontera con México
Apenas asumió, Trump tomó varias medidas que impactaron en la frontera entre México y los Estados Unidos.
Trump declaró la emergencia nacional en la frontera, por considerar que se estaba dando una “invasión” de pandillas criminales, terroristas, traficantes de personas, contrabandistas, etc., en los Estados Unidos.
Decidió, entonces, autorizar el uso del ejército para apoyar el control fronterizo. También ordenó al secretario de Defensa movilizar tropas (incluida la Guardia Nacional y la Reserva) para asistir al Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Mandó además que se construyan nuevas barreras físicas en la frontera y propuso flexibilizar regulaciones para permitir el uso de drones.
Pasado un mes de todo esto, los cambios son evidentes. Por nombrar algunos ejemplos:
- Aumentó el número de efectivos militares que están controlando la frontera, tanto del lado de Estados Unidos como del lado de México. Del lado estadounidense, hay 5000 agentes y se espera que se sumen más.
- Agentes a caballo están vigilando los tramos más difíciles de la frontera, no solo para impedir contrabando y arrestar a gente que cruza sin autorización, sino también para rescatar a personas que necesitan ayuda.
- Agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos instalaron nuevas barreras vehiculares a lo largo de la frontera, en el sector de El Paso.
- Marines de la base de Camp Pendleton instalaron alambre de púa y soldaron parte del muro fronterizo cerca de San Ysidro.

A un mes de la asunción de Trump, entonces, podemos confirmar que el control en la frontera se endureció de forma significativa. Esto tuvo como efecto que baje drásticamente el número de personas arrestadas intentando cruzar la frontera.
Fin de la aplicación CBP One
CBP One era una aplicación móvil que servía para que quienes quisieran solicitar asilo en la frontera entre Estados Unidos y México o que quisieran pedir “parole” humanitario pudieran programar una cita. Esta cita les permitía ingresar a Estados Unidos legalmente y, según su estatus, incluso obtener permisos de trabajo.
Apenas asumió Trump, la aplicación dejó de funcionar y todas las citas pendientes fueron canceladas. Esto generó muchísima confusión y angustia, pero todavía no quedaba claro si se trataba de una suspensión temporaria o de una cancelación definitiva.
Más tarde se supo que CBP One ya no volvería a funcionar. El gobierno confirmó que la aplicación fue cancelada de modo definitivo y que no se va a reactivar.
Durante el gobierno de Biden, la organización sin fines de lucro Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) había presentado una demanda en la que cuestionaba medidas se habían tomado para restringir el asilo en la frontera. A partir de la cancelación de CBP One con Trump, ACLU presentó una moción en el caso ya existente, con el objetivo de proteger el derecho al asilo. Por el momento, sin embargo, no hay más novedades sobre esto.
Cumplido un mes de Trump en el gobierno, CBP One sigue cancelada.
Fin del “Catch and Release”
“Catch and Release” (“capturar y liberar” en español) era una política que permitía liberar a los inmigrantes indocumentados que eran detenidos al cruzar la frontera a los Estados Unidos, mientras esperaban que sus casos de inmigración se resolvieran en la corte.
El día que asumió, Trump anunció el fin de esta política.
Pasado el primer mes, nada cambió. Quienes sean detenidos cruzando la frontera, no serán liberados, sino que serán procesados o transferidos a ICE (la policía de inmigración).
Vuelta del “Remain in Mexico”
Cuando asumió, Trump anunció el restablecimiento del programa “Quédate en México” (en inglés, “Remain in Mexico”), también conocido como MPP (”Migrant Protection Protocols”).
Según este programa, quienes pidan asilo en la frontera sur de los Estados Unidos no podrán ingresar al país a esperar su caso. Deben esperar en México mientras su caso se procesa.
La política entró en vigor inmediatamente y, a un mes de la asunción de Trump, está en teoría vigente. Sin embargo, enfrentó problemas de implementación y no hay personas en México esperando bajo este programa específico todavía.
Deportaciones masivas
Durante su campaña, Trump prometió que llevaría adelante el programa de deportaciones más grande en la historia de Estados Unidos.
Si bien ICE (la policía de inmigración) y otras agencias colaboradoras están llevando a cabo cientos de arrestos por día, no están logrando arrestar suficientes migrantes como para cumplir el objetivo de deportar un millón de personas el primer año.
¿Por qué?
Hay falta de personal, no hay suficientes espacios de detención ni tampoco infraestructura adecuada para lidiar con los inmigrantes arrestados. Los recursos del gobierno parecen estar al límite.
Para resolver esta situación, Trump ordenó —entre otras medidas— que se acondicione la base militar de Guantánamo para recibir 30 mil migrantes. También pidió ayuda a fuerzas policiales locales, para que colaboren con el control migratorio.

El problema es que cualquier medida que quiera tomarse para aumentar las capacidades de arresto, detención y deportación cuesta dinero.
Por eso, Trump solicitó fondos adicionales, para poder financiar las operaciones de deportación.
En cuanto a quiénes está deportando, no hay datos precisos. Durante la campaña presidencial, Trump declaró que las redadas y arrestos se concentrarían en los inmigrantes que hubieran cometido delitos. Sin embargo, el gobierno admite que si en ocasión de buscar a estos inmigrantes peligrosos encuentran otros inmigrantes indocumentados que no cometieron delito alguno, también serían arrestados. Sabemos que esto, efectivamente, está sucediendo.
A un mes de gobierno, entonces, la intención de deportar masivamente a inmigrantes se mantiene, pero choca con la realidad presupuestaria. Es posible que Trump consiga más fondos y logre resolver los obstáculos que, por el momento, le impiden deportar tanta gente como quisiera.
Deportación expedita
Otra medida del gobierno de Donald Trump afectó a las reglas de la deportación acelerada o expedita, un mecanismo que permite deportar a ciertas personas sin antes ver a un juez.
Antes, si eras un inmigrante indocumentado, te detenían a menos de 100 millas de la frontera de Estados Unidos y estabas hace menos de catorce días en el país, podían deportarte rápidamente sin ver a un juez.
Ahora, la regla cambió. Ya no hace falta que te encuentres dentro de las 100 millas desde la frontera, sino que aplicará en cualquier parte del territorio estadounidense. Además, ya no se limita a quienes hayan entrado hace menos de 14 días al país, sino que vale para quienes estén hace menos de dos años.
Al ampliarse los supuestos de la deportación expedita, se aumenta exponencialmente la cantidad de gente que podrá ser deportada rápidamente.
Esta medida ya fue cuestionada en los tribunales, pero todavía no hubo ninguna decisión al respecto.
Ciudadanía por nacimiento
El día que asumió Trump firmó una orden ejecutiva que puso fin a la ciudadanía por nacimiento para determinados inmigrantes.
Según esta orden, los hijos de madres indocumentadas o de madres que estén con un estatus temporal en Estados Unidos (por ejemplo, una visa de turista), cuyo padre no sea ciudadano ni residente permanente, no obtendrán la ciudadanía estadounidense por nacimiento.
Inmediatamente comenzaron a presentarse sucesivas demandas en los tribunales para bloquear esta medida. Distintos jueces bloquearon a nivel nacional la orden de Trump, incluso antes de que entrara en vigor. Es decir que nunca llegó a aplicarse.
Pasado este primer mes de gobierno de Trump, la orden no se está aplicando. Esto significa que quienes nazcan en territorio estadounidense obtendrán la ciudadanía por nacimiento, independientemente del estatus migratorio de sus padres. Queda pendiente la resolución de las numerosas causas judiciales que siguen su curso en distintos tribunales del país.
Cancelación del TPS 2023 para Venezuela
El Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) es un beneficio migratorio que el gobierno de Estados Unidos da a ciudadanos de países que sufren alguna crisis política o climática.
Es un estatus temporal, que protege a sus beneficiarios de la deportación y les da la posibilidad de obtener un permiso de trabajo.
Apenas asumió, Trump mandó revisar el TPS y que se considere limitar su alcance.
Con el correr de los días, el gobierno de Trump fue tomando distintas medidas respecto del TPS, específicamente para venezolanos.
En primer lugar, se cancelaron las extensiones al TPS de Venezuela que el gobierno de Biden había decidido a pocos días de terminar la presidencia.
Más tarde, se conoció una decisión de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, que canceló la designación del 2023 de Venezuela para el TPS. No hubo decisiones aún sobre el TPS de 2021 de venezolanos. Tampoco hubo medidas respecto de otros países que también están designados al TPS (como El Salvador, por ejemplo).
A un mes de la asunción de Trump, la situación es la siguiente: los venezolanos que tengan TPS de 2023 van a estar protegidos hasta el 7 de abril de 2025. Los venezolanos con TPS de 2021 siguen protegidos hasta septiembre de 2025. Si bien trascendió que organizaciones de defensa de los derechos de inmigrantes planeaban una demanda contra la cancelación del TPS, no hay noticias de que se haya presentado aún.
Suspensión del programa de refugiados USRAP
El Programa de Admisiones de Refugiados de Estados Unidos (USRAP, por sus siglas en inglés) es un programa que asiste y reubica a refugiados en comunidades anfitrionas a lo largo de los Estados Unidos.
El 20 de enero, Trump decidió suspender temporalmente la entrada de refugiados a Estados Unidos bajo USRAP, a partir del 27 de enero de 2025. Pero no se sabe cuándo se va a reanudar el programa. Es el presidente quien debe decidirlo, y para eso pidió que le envíen informes cada 90 días. Cuando se considere que la entrada de refugiados se alinea con los intereses de Estados Unidos, volverá a permitirse.
Mientras tanto, el ingreso de refugiados a Estados Unidos está permitido, pero se va a dar de manera excepcional, caso por caso y bajo ciertas condiciones.
Paralelamente, el Departamento de Estado decidió suspender temporalmente el financiamiento de organizaciones que asisten a los refugiados que acaban de llegar al país.
Esto provocó que un grupo de refugiados y asociaciones sin fines de lucro demanden al gobierno de Trump. Cuestionan que se haya suspendido el programa y que se haya cortado la financiación. A esta demanda se sumó otra más tarde, presentada por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
A un mes de gobierno de Trump, el programa de refugiados USRAP sigue suspendido, aunque hay demandas en curso que podrían cambiar la situación pronto.
Fin del “parole” humanitario
El “parole” humanitario era el programa que les permitía a los inmigrantes de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití entrar a Estados Unidos legalmente por dos años y pedir un permiso de trabajo.
El día que asumió, Trump firmó una orden ejecutiva dando instrucciones para que el secretario de Seguridad Nacional termine “todos los programas categóricos de libertad condicional que sean contrarios a las políticas de los Estados Unidos establecidas en mis órdenes ejecutivas, incluido el programa conocido como ‘Procesos para Cubanos, Haitianos, Nicaragüenses y Venezolanos’”.
Más tarde, el Departamento de Seguridad Nacional emitió un memorando interno con nuevas directrices sobre “parole” humanitario:
- Ordena la revisión de casos de “paroles” ya otorgados, para ver si su estatus sigue siendo válido.
- Autoriza al DHS a pausar, modificar o terminar programas de “parole”.
- Enfatiza que no existe un derecho adquirido al “parole”, ya que es un beneficio discrecional y temporal.
A un mes de la asunción de Trump, la situación es la siguiente: no se aceptan nuevas solicitudes de “parole” y no se renovarán los permisos de “parole” existentes.
Conclusión
Se cumplió el primer mes del regreso de Trump a la Casa Blanca y, como vimos, los cambios en materia migratoria han sido sustanciales. Desde el endurecimiento del control fronterizo hasta la cancelación de programas como CBP One y el “parole” humanitario, las nuevas políticas ya están impactando en millones de personas.
Si bien algunas medidas encontraron obstáculos —como las limitaciones presupuestarias para las deportaciones masivas o los bloqueos judiciales a la orden sobre ciudadanía por nacimiento—, otras ya están en plena vigencia.
Con varias demandas judiciales en curso y nuevas medidas en desarrollo, el panorama migratorio podría seguir cambiando en los próximos meses.
Seguiremos informando sobre cualquier novedad relevante.
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